Cosecha del 2018
Regados por precipitaciones récord, los suelos de la región de Champagne rebosan de agua al final del invierno. En la Côte des Blancs, la creta acumula sus reservas, ¡almacenando hasta 600 litros de agua por metro cúbico! Un tesoro para la viña que le será de gran ayuda durante la campaña vitivinícola. Tras los episodios de heladas, frío y nieve de finales de febrero y principios de marzo, el mercurio va subiendo de nuevo suavemente, pero sin duda dejando vía libre a un despunte de la vegetación por todo lo alto. Esa suavidad pronto da lugar a un calor precoz, acelerando el crecimiento de la viña hasta la plena flor del chardonnay el 30 de mayo. La insolación constante y el calor se mantienen durante todo el verano, y la aridez se instala durante un periodo largo como nunca antes se había visto en la Champagne, ni siquiera en 2003. Si bien resulta evidente, la aridez es visible sobre todo en la superficie puesto que, bajo sus pies, la planta dispone de un depósito de agua de salvación que la acompañará durante toda la temporada, ¡una gran suerte! Como era de esperar, la hora de la cosecha llega a Le Mesnil-sur-Oger desde el 27 de agosto, con montañas de uvas no solo de un tamaño y peso inigualables (¡175 g para los racimos de chardonnay!), ¡sino también de una calidad sanitaria inmejorable en el 100 % de las parcelas! Algo nunca visto. La añada muestra una graduación potencial superior al 10 % vol. y una acidez media-baja, que a pesar de ello no le restará en absoluto frescura y elegancia. Estas condiciones recuerdan a las de la añada de 1976, pero con la abundancia de frutas.