Blanc de Blancs Millesimé 2018

Champagne Delamotte Blanc de Blancs Millesimé 2018

Variedades de uva : 100% Chardonnay

Historia

Cada cual aporta su estilo: Le Mesnil-sur-Oger (20 %), la acidez, la pureza y la mineralidad de la caliza; Avize (20 %), el equilibrio y la estructura; Oger (20 %), el calor, la amplitud y la generosidad; Cramant, la mineralidad y el ahumado; Chouilly, el armazón y la persistencia; y Oiry, la acidez y la redondez. Todas estas notas, combinadas con armonía, componen Delamotte Blanc des Blancs 2018. Los quatro años de crianza sobre lías no parecen muchos si tenemos en cuenta la complejidad de este vino, muy rico y concentrado, pero etéreo e, incluso, generoso. Estamos ante un champagne con la suprema elegancia de un vino de guarda.

Un gran champagne es, ante todo, un gran vino !

Un gran champagne es, ante todo, un gran vino !

Este es uno de los principios de la casa Delamotte, fundada en 1760 y ubicada en Le Mesnil-sur-Oger. Delamotte es una de las cinco casas más antiguas de la región de Champagne porque respetamos las tradiciones, trabajamos al servicio del sabor y elaboramos nuestros vinos en el corazón de la legendaria Côte des Blancs.

Nuestros vinos, nuestro terroir

Nuestros vinos, nuestro terroir

El terroir de la Côte des Blancs se extiende de Cramant a Le Mesnil-sur-Oger, pasando por Avize y Oger, y de Chouilly a Oiry. Su ubicación es uno de los grandes activos de Delamotte. Los suelos calizos, la flora y los viñedos en pendiente contribuyen al carácter excepcional de las uvas de esta tierra y permiten obtener champagnes delicados y de calidad constante. Reivindicar este terroir y sacar lo mejor de él respetando la vid y el medioambiente, esa es la esencia de Delamotte.

Cosecha del 2018

Cosecha del 2018

Regados por precipitaciones récord, los suelos de la región de Champagne rebosan de agua al final del invierno. En la Côte des Blancs, la creta acumula sus reservas, ¡almacenando hasta 600 litros de agua por metro cúbico! Un tesoro para la viña que le será de gran ayuda durante la campaña vitivinícola. Tras los episodios de heladas, frío y nieve de finales de febrero y principios de marzo, el mercurio va subiendo de nuevo suavemente, pero sin duda dejando vía libre a un despunte de la vegetación por todo lo alto. Esa suavidad pronto da lugar a un calor precoz, acelerando el crecimiento de la viña hasta la plena flor del chardonnay el 30 de mayo. La insolación constante y el calor se mantienen durante todo el verano, y la aridez se instala durante un periodo largo como nunca antes se había visto en la Champagne, ni siquiera en 2003. Si bien resulta evidente, la aridez es visible sobre todo en la superficie puesto que, bajo sus pies, la planta dispone de un depósito de agua de salvación que la acompañará durante toda la temporada, ¡una gran suerte! Como era de esperar, la hora de la cosecha llega a Le Mesnil-sur-Oger desde el 27 de agosto, con montañas de uvas no solo de un tamaño y peso inigualables (¡175 g para los racimos de chardonnay!), ¡sino también de una calidad sanitaria inmejorable en el 100 % de las parcelas! Algo nunca visto. La añada muestra una graduación potencial superior al 10 % vol. y una acidez media-baja, que a pesar de ello no le restará en absoluto frescura y elegancia. Estas condiciones recuerdan a las de la añada de 1976, pero con la abundancia de frutas.